"Eventualmente, amigo mío..."

El tiempo se ha detenido para tomar un descanso...

martes, 19 de julio de 2011

El Teatro Invisible

Cuando despertamos de un sueño, difícilmente podemos remembrar cosas valiosas de días pasados. Muchos tienen la capacidad de lograrlo. No obstante, a otros se les acaban las ideas desde el mismo evento...

Al momento de prepararse para la batalla diaria, uno escucha sus propios pensamientos frente a un espejo frío y mentiroso. Los ojos apagados y bajos de ilusión se tornan ocupados, buscando un motivo para observar la naturaleza. Hagamos de esto un poema bizarro; uno continúa sin meditar las situaciones futuristas...

Si es posible, un poco de alimento no cae nada mal; con el paso de un lapso desolador, la marcha de un reloj carente de ternura muestra sus numerales detestables. Es momento de levantarse y de contribuir a la productividad del cosmos.

Las masas han de repetir estas fábulas una y otra vez: Nacer, crecer, reproducirse y el final. Todo ligado a un triste ser vivo. Pero llega una pausa con algo de aire; se intenta olvidar las situaciones que requieran esfuerzo e incluso resolverlas. El paso de los viejos siempre es igual, sólo unos cuantos numeritos se esfuerzan por cambiar.

Mi punto aquí es que cada ser vivo tiene una vida complicada. Estructuras incorpóreas faltos de ambición verdadera. No lo digo con el afán de insultarnos, sólo intento ser razonable y triste... Típico en mis frases.

Y esta vida, queramos o no, es parte de un todo. La universalidad que nos carcome cuantas veces se le antoje. Es como un círculo acabado. Y retomando el parloteo, conforma una serie de ideas llamadas pensamientos, sentimientos y recuerdos... Todo en un espacio grisáceo y visceral. Y si lo han olvidado, jamás exponemos el rostro como se deseara; para muestra, un botón.

La vestimenta, la cirugía, el maquillaje, los accesorios, la hipocresía y la falsa realidad planteada por un sujeto acomplejado y solo... Todo esto tiene un nombre.. “Máscaras”. Símbolo de una opresión reprimida, un calvario olvidado, un recuerdo... borrado. Nuestros papeles principales son los pasantes con zapatos sucios, pues dejan huellas siniestras y algunas con siluetas divertidas... Todo tiene un propósito de existir, según la gente sabia.

El telón es el hogar; un pasaje antiguo en este ejemplar desgastado. Y los actores presumen sus vanidades sin pensar que otros también quieren ese estelar. Un público exigente que monótonamente visita nuestra mirada con o sin intensión. Los movimientos, los diálogos, las secuencias, los actos... El gusto se rompe en géneros: Una ópera prima invita a regocijo de la incertidumbre, los musicales mezclan emociones y los dramas hacen llorar a cuentagotas... ¿Cocodrilos, tal vez?

No importa el tamaño y sabor... no deja de ser esto... No olvidemos las melodías resonantes... un mundo vigilante... Todo concuerda poco a poco...

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