"Eventualmente, amigo mío..."

El tiempo se ha detenido para tomar un descanso...

martes, 18 de mayo de 2010

Relación Paradigmática

Hubo un tiempo en que un hombre solía ser un buen ejemplo de ser humano. Pero no sólo demostraba su aprecio por la sociedad y sus irremediables deseos por ser feliz, sino que intentaba pasar los días de su vida contemplando las maravillas y procesos naturales de la Tierra.

Este hombre comprendía muchos aspectos que para muchas otras personas son temas suicidas o situaciones melancólicas. No necesitaba usar su furia ni su capacidad de mentir puesto que no encontraba las razones para hacerlo. Y qué vida la que llevaba a diario...

Disfrutaba de dar caminatas tranquilas por los bosques y praderas coloradas por el fulgor del Sol a media tarde... Y existió el momento donde nuestro personaje caminaba alegre y despreocupado. Por desgracia, encontró abajo de un árbol lo que podríamos llamar la desgracia más grande para él mismo: Una mujer.

Esta mujer no era sólo una mujer; su irritante belleza y sus perfectas sincronías con su propio género la convertían en un ideal para el hombre.

Al percatarse que la mujer se postraba sola y sin problemas, decidió acercarse a su mirada. En cuanto vio al protagonista, la mujer comprendió que en este planeta, la supervivencia radica en erradicar a los débiles y aprovecharse de su trabajo. Tomó como armas sus encantos y sus labios.

El hombre quedó maravillado y a la vez temeroso. No pensaba en las futuras consecuencias que podría acarrear esa mujer, y sin más espera, intentó crear un lazo de confianza entro los dos.

El tiempo transcurrió despacio y con calma. Esporádicamente, después de una pequeña conversación, la mujer postró sus labios venenosos en los humildes del hombre, sin embargo, como todo un caballero, el hombre tembló por unos segundos y sus entrañas dieron un vuelco peligroso. Era el veneno que corría por los fluidos de la mujer. Se llama deseo...

Más nervioso no podía estar. Pero las sombras de la duda y la codicia se aparecieron entre las sombras. Comenzó lo que se cree, una guerra sin fin. El hombre, asustado por la idea de un cambio repentino de su feliz y apacible existencia, intentó explicar a la mujer que no debía continuar el camino que ha puesto en el horizonte. La mujer tenía más intenciones oscuras e intentó calmar las ansias del hombre; lo tomó de las manos y lo abrazó en tono de cariñosa amistad. El cielo se tiño de un color inexistente y las sombras se hospedaron en el cuerpo de la asesina de mentes. El hombre en verdad comenzó a sentir la presión e intentó salir corriendo de aquel lugar tétrico. Hubo alguien que no se lo permitió...

La historia tiene un desenlace, donde las tinieblas triunfan y los mares se parten en inmensas olas... La mujer no permitió el escape y el cielo se abrió. La mujer tomó la iniciativa y le plantó un nuevo ósculo. Esto provoca un arrodillamiento súbito de nuestro hombre y una mente quebrantada por la perversidad y el encanto de un ser demasiado femenino... De entre las nubes, lo que parecía ser una ráfaga de fuego negro cayó sobre el hombre... Lo privó de razón y valentía, de conocimiento y de optimismo... Lo que cayó de alguna parte del Infierno... Puede que se llame amor...

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