"Eventualmente, amigo mío..."

El tiempo se ha detenido para tomar un descanso...

sábado, 14 de agosto de 2010

Y Todo Iba Bien...

Lo interesante del arte de vivir es saber enfrentar cualquier tipo de adversidad; por muy agonizante que sea, el sabor de existir reside, más que en los detalles, en caminar entre las llamas y pararse ahí.

Los problemas empiezan donde acaban las libertades. Si vagamos por los caminos dando la espalda a todo y a todos, sólo daremos vueltas en círculos. Si tan solo pudiéramos disfrutar de lo que nos hace llorar, sangrar e incluso fallar... La sencillez terminaría con la frustración de nuestros errores...

El origen de muchas fallas en nuestros sistemas pueden atribuirse a nosotros mismos siempre que se pueda (culpando a otros no nos hará más inteligentes ni valientes), pero por desgracia, no podemos ver mas allá de la neblina y culpamos sin antes darse un gran vistazo a uno mismo.

La escuela, el trabajo, las relaciones, la ciencia, la religión... La lista es inmensa, y todo quiere llegar a un punto sin retorno que nos obligue a seguir firmemente con promesas carentes de bondad y llenas de un vacío espiritual... Si descubrimos un error en la ecuación justo cuando estamos por terminar la faena, la cobardía no debería ser una opción; piensen, que si rendirse es la salida, entonces NADIE creerá en nuestras propias decisiones, y lo recalco porque entre todos los que nos juzgan estamos nosotros mismos en la cima de la aceptación...

El fallar es natural en los seres vivos para poder aprender y levantar la vista, pero no para abusar de nuestras faltas y seguir pudriéndonos. ¡No debería repetir estos enunciados porque no deberían existir!

La lucha es infinita, y aquel que olvida un don llamado fe, termina mucho antes del mismo fin desolador... Podemos luchar contra este mal, aunque se nos vaya la misma vida de las manos, podemos seguir... Muchos nacimos solos, y deseamos seguir así, por lo tanto, solos podemos levantar las manos y demostrar que no hemos perdido... ¡Existe la victoria, tan dulce como inquebrantable! ¡Al carajo el fracaso!

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