Afuera

Bueno... En la Tierra, existen los países. Cada ser humano nació y vive en uno de tantos que hay (aproximadamente 200, no se sabe bien por los cambios políticos) que a su vez, se dividen en continentes y así. Los humanos pueden vivir en ellos de manera permanente o quizás temporal... Nunca se sabe qué pasará en otros tiempos. Ahora, viajar a otros sitios en el globo representa un gran reto por muchas razones: Los cambios biológicos que nuestro cuerpo puede presentar por los diferentes usos horarios en los que está dividido el planeta y por la explosión demográfica del lugar a donde se quiera ir... Son un par de razones, por mencionar algunas.

A lo que quiero llegar es que en mi manera de ver la Tierra, no deberían existir los países. ¿Por qué? Porque esto nos divide a todos. Hablemos de las nacionalidades; en mi caso, yo nací y crecí en los Estados Unidos Mexicanos, y en los casi 21 años que he estado en ese país, realmente nunca me ha gustado ni vivir ahí ni el sistema que se maneja. Muchos dirán que soy un antipatriota y un "malinchista" (es un término utilizado en México para señalar a las personas con preferencias por el extranjero) y no digo que no agradezca todo lo que me ha dado el lugar, el problema radica en que todo lo que sucede dentro del mismo es horrible a mi parecer.

Pero no hablaré de mi odio hacia mi patria y lo increíble que sería poder modificarla, lo que quiero que comprendan es que la Tierra es un lugar inmenso; si no existieran estas paredes que parten la tierra, todo sería un solo destino, y nadie tendría que pelear por estar en otro lugar. Pero desgraciadamente, cada pedazo de tierra en este planeta tiene su nombre, su idioma y sus características.

En realidad, no es tan malo que existan este tipo de cosas. Me he de contradecir porque poco a poco descubrimos un lado amable al asunto, es decir, que gracias a que existen estos cortes, podemos ir de visita y presenciar las maravillas que nos comparte cada lugar: Una historia que contar.

Olvídense del factor dinero y de lo cansado que sería contemplar el cielo en un avión, reflejar sus rostros en las bastas aguas en un barco o simplemente ver pasar el viento en un auto. Hay muchas maneras de transportarse y muchas son algo tediosas, pero muy emocionantes.

Siempre habrá un destino qué navegar. Y lo interesante es saber administrar el tiempo que nos queda para poder recorrer el lugar al que llamamos hogar desde el universo. Es muy corto, diría yo...

Esta entrada un poco extraña va dedicada para todos los seres vivos que gustan de viajar y divertirse de lo lindo con sus familiares, amigos o compañeros por muchas partes de sus países natales o ¿por qué no?, por los diferentes continentes... Como les digo, siempre habrá un destino...