"Eventualmente, amigo mío..."

El tiempo se ha detenido para tomar un descanso...

domingo, 30 de octubre de 2011

Entumecido

- Y me hago a esa idea. Es mi punto de vista respecto a tu caso.
- Quisiera poder entenderlo...
- No lo entiendes porque no quieres. Inténtalo.
- ¿Creé que lo haré bien?
- Pues si no lo intentas, jamás sabrás si lo haces bien o mal.
- Veré qué puedo hacer. (Toma el instrumento y comienza a 
tocarlo).
- ¿Ves cómo no es tan difícil?
- He... Algo nuevo después de todo. Muchas gracias por sus
palabras.
- ¿Crees que ha sido gratis? Me debes bastante dinero, mi 
amigo.
- Hehehehehehe... Nunca cambie.


- ¡Mi amor! Hoy he aprendido algo interesante en la escuela.
- Dime.
- ¿Sabías que los hombres están destinados a fracasar
eventualmente en sus vidas?
- ¿Es que tratas de decirme algo?
- ¿Por qué me dices eso?
- Es que no te entiendo; ¿por qué vienes aquí a decirme eso?
¿Acaso crees tú que voy a perderlo todo algún día?
- Sólo es un comentario. No sé por qué te lo tomas tan en serio.
- ¿Y cómo esperas que lo tome? ¿A qué viene ese comentario,
de todos modos?
- Perdón... ¿Estás enojado conmigo?
- Un poco. Es que no entiendo por qué me dices eso.
- Yo lo dije porque lo creí interesante. La escuela es cada vez
más y más aburrida. El ver llegar al profesor, dar la clase y
escribir todo el tiempo en el pizarrón me abruma mucho. Y
esta clase en particular, me hizo pensar que todos tenemos 
el derecho de elegir nuestro camino, sin embargo, tropezaremos
por la sencilla razón de comprender la decepción completamente.
- Aún así, me has hecho pensar que yo podría perderlo todo.
Incluso tu amor.
- Pero para que eso pasara, tendría que ocurrir un milagro.
- ¡¿Cómo?!
- Siempre pensamos en los milagros como cosas buenas que
pueden salvarnos. Pero también es algo casi imposible que 
suceda, ¿no?
- En eso tienes razón... Ven aquí.


“Conforme pasa el tiempo, se me agotan los recursos. No hablo del agua y el alimento, sino del alma y el sentimiento... Se me termina la paciencia, también. Estoy atorado entre la razón pura del pensamiento y mi razón impura del conocimiento que no tengo. ¿Es acaso la idiotez del hombre la que lo provee de desilusión y desesperación? No vemos con claridad porque cerramos los ojos, pero vemos cada vez menos porque abrimos la mente...”


- Con lágrimas en los ojos, te digo adiós.
- ¡Pero no me dejes así!
- Tú no quisiste ver. Tú me dejaste peor.
- ¿Entonces ya no me amas?
- Te lo pongo así: Tu juego se acabó aquí (Comenzando a llorar).

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