La opinión. Lo que uno piensa sobre todo. Tenemos el fastidioso hábito de etiquetar las cosas con palabras y definiciones raras. Sea cual sea el negocio, tenemos que decir lo que es y para qué nos sirve.
Si he dedicado mi miserable existencia a las palabras sin darme cuenta desde el inicio de todo, es entonces un momento para reflexionar un poco... Si nuestros deseos no son cumplidos, si nuestras metas no son alcanzadas, si lo que queremos simplemente no nos pertenece... ¿Es necesario quejarse?
No podemos vivir sin al menos discutir una opinión errada a nuestra perspectiva. Existen muchas personas que han desarrollado un afán enfermizo por el desagrado común. Es increíble la cantidad de personas que conozco con ese problema; y reconozco que alguna vez estuve en ese círculo de inconformidad absurda. Al cambiar mi manera de visualizar la vida, comprendo poco a poco el interés por continuar aprendiendo y escuchando de mis semejantes.
Contar cómo uno puede ver las cosas... la vida que a diario enfrentamos frente a lo que creemos ver. Lo que nos hace humanos débiles y monótonos. Todo eso se une para formar una única visión que aturde a una nación impactada por el odio y la ignorancia. Lo que origina la idea de un ser vivo cualquiera, observando y analizando su entorno como mejor le parece... Eso creo yo, es lo que llamamos opinión; la mirada a la propia destrucción.
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