El Octavo Fantasma...

Pero basta de una mediana vicisitud; hablemos de algo... más pasional: El romance...

Paso de tema drásticamente porque... uno ve con asombro cómo los humanos se relacionan entre sí. Si es mentira que algunas prefieren la soledad eterna, también lo es el nunca estar solo cuando más personas te rodean. Es la esencia de una búsqueda vehemente.

Mis palabras son extrañas; es cuestión de pensar si uno en realidad busca el amor o simple emoción viandante. ¿Qué creen que sea más romántico en cuanto a música se refiere? ¿Las teclas o las cuerdas? Un gusto general, hehe... Es la esencia de una búsqueda delicada.

Es cuando la duda carmome las entrañas de un pensamiento irreal. Lo que motiva al lector el continuar con su lección. Cualquier hecho que nos motive a cambiar para mejorar el aspecto existencial, da pauta a un nuevo comienzo interno. Y si: Es la esencia de una búsqueda sensible.

Recordando con cariño la llama de un extinto amanecer. Buscando sin sentido el fuselaje de una nave inquebrantable con destino al amor... Sea como sea el camino, es parte de un proceso sin clara explicación. Ahora que si es un futuro despertar a la utopía temporal, es cuestión de pensar que los seres vivos tengan un amplio sentido de ese libre albedrío... Así es: Es la esencia de una búsqueda irresistible.

¿Qué sentimos? ¿Qué experimentamos a priori y a posteriori? Lo han intentado explicar con la ciencia y la razón. ¿Cuál es el error? Que no podemos explicar lo que no existe a los ojos de ciegos mercantes de objetividad. Aunque se nos ha dicho todo el tiempo que los misterios compensan la falta de una verdad absoluta en el campo idealista, no podemos descartar el sueño maravilloso que ellos envidian por su monótona y abrumadora sensación de voluntad. ¡Al diablo sus investigaciones! No puedes hacer pasar por realidad lo que no lo es para ti. Y eso es todo. Otra vez: Es la esencia de una búsqueda increíble. ¡Relatividad, amigos!

Y para concluir sólo me resta decir... Que no hay conclusión. Si buscaron el consejo de un solitario adicto a la nostalgia y parrandero empedernido, lo lamento. No es que no pueda hacer algo por su caso, sino que más bien no funciona así. La vida no es un problema matemático que se tiene que resolver porque no hay que dejar cabos sueltos, sino un pasajero andar por el bulevar del deseo y la percepción. Es la esencia de una búsqueda impulsiva, arriesgada y amorosa... Nada más.