Nocturno (Estupor)

Hoy, al fulgor de esta Luna inesperada,

mi corazón quiere mostrar su infamia,

y silbar en el viento lo mucho que te ama,

al compás de esta melodía, que no tiene partida,

y que triste se escabulle, en los confines de mi estancia...

Ayer quise besarte, bajo un cobijo de

inesperados supremos y anhelados meneos,

buscando la paz en el final de tus ojos,

queriendo mostrar lo que hay en mi interior,

y a la vez, morir en tu perdón,

no me queda más consuelo que mirar tu ansiedad

y desear tu desnudez, pensando con veracidad...

Suplicando a la tierra, a la noche y a

las estrella de verano, que dejaran a este

enjuto mariscal pasar a saludarte... No puedo

imaginar una tarde sofocante, pues la vivo

a cada instante, por saber si tú me amas,

pereciendo poco a poco en las fraguas 

de mi infinita soledad... Pese a esto, no

hay constante...

En el lugar más aislado de la Tierra, 

otorgar la absolución que buscan mis entrañas,

no creo comprender tus decisiones, 

pues mis palabras se entintan, con la sangre

de tus labios y las lágrimas que se pintan en
tus pómulos con ternura, despacio y 

presurosamente al unísono instante. 

Qué belleza es escuchar

tus vanidades, pues estoy afanoso de presenciar

tus cualidades... 

No hay cabida a mi sencillez, que insultante 

puede resultar, pues ser ingenuo es mi martirio, 
y por vivir en su tormento en esto... Me he convertido...

¿No podrás otorgar misericordia a este cautivo? 

Sería mi deseo, el amar y ser pisado,

por los cálidos pasajes encerrados en tus manos,

con ambiguos destellos y cortantes viscerales...

Encontrar un hecho a mi consumación, 

será engorroso y atropellado,

más calmar con caricias y lamentos mi silencio,

será digna actuación de damas letradas,

y seres de iniquidad y aroma tendinoso...

No des por concluido mi eterno desazón,

pues así seguirá, hasta que tu haz irradie

mi ansia, y adormezca tu razón...