"Eventualmente, amigo mío..."

El tiempo se ha detenido para tomar un descanso...

martes, 20 de marzo de 2012

Error Inhumano

Alguna vez un niño caminaba con su padre por el horizonte. Juntos miraban la tarde que presurosa intentaba nacer bajo un cielo manchado de rojo carmesí... El viento era tenue y frustrante. Las nubes juntaban sus formas para crear música con los olanes del mar. Era tiempo de partir...

El niño tomaba la mano de su mentor como el destino toma las ilusiones y los sueños... y los vuelve polvo... Cenizas sin sabor... Cuando el pequeño quizo hablar, su padre bajó la cabeza y cerró la mirada. No pudo contener su aflicción y sólo pudo seguir avanzado...

“¿Qué hacemos aquí? ¿A dónde vamos? ¿Quiénes somos?” Eran dudas inocentes; pero un sosegado interés de conocimiento se ocultaba en sus vocablos... La luz pereció y el egoísmo murió. Era tiempo de partir...

El hombre buscó soluciones. Intentó pensar, intentó imaginar e intentó cavilar, pero el tiempo era escaso, no había oportunidad de retroceder. No tuvo más opción que mentir, pues es fácil mentir... si se quiere mentir en verdad...

“Tú serás lo que debas ser. Yo sólo soy un pasante en el tiempo... Pero tú... Tú serás un ser de bien. Estamos pasando por la vida. Vamos hacia la verdadera realidad y sólo somos experiencias dolorosas. Experimentos y sombras afanosas pretendiendo vivir... Sólo es así.” No supo mentir, y tampoco supo sincerar. La noche estaba desplegando su vestido ausente de color, presintiendo lo peor. Era tiempo de morir...

Ambos continuaron el trayecto. Los cuerpos celestes en el cielo les marcaban el sendero que podrían diseñar. Los astros surcaban el maizal contaminado, corrompido por la antítesis ilustre... Todo era confusión. El párbulo curioso trató de comprender el desprecio de su padre por subsistir y sin más, echó a andar. Solo y discreto. Miraba las estrellas. Mientras que su desolado mentor continuó pensando en su error, no dejó cabos sueltos a su infortunio. Calló.

Cuando se acercaban al orígen de la noche, la oscuridad reinó en sus miradas. Perplejos por la separación de sus almas, vieron hacia atrás. Era un desierto de humildad... Lejano a sus costumbres, su procedencia y región. La peste y sed rondaban las parcelas. Era tiempo de morir...

Cual maleficio ensordecido por las ánimas de los espíritus, el padre se agotó, y no hubo un adiós... Todo fue consternación. El niño vivió. Comprendió que la eternidad sólo reinaba la paz de su mente, memoria, inspiración... No retornó a la parada final de su ancestro y caminó vago, cual recuerdo en el firmamento... Pasó por el momento. Pasó por las distancias y esperó. Su consumación se evaporó... Pues se creyó sin muerte; era esclavo de su propia mentira. Lo que jamás entendió.

Todo esto bastó para comprender el significado del perdón, de la vida y del amor. Los que nublan su mirada con patrañas generales, muertos ya son por su aprecio diluido. “Objetivo” no es bienvenido aquí. Espero me comprendan alguna vez. Tal vez les podría ayudar... Es tiempo ahora.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario